Monday, July 09, 2007

127. R.A.W. Tomate


A las doce y media de la mañana, esperando un autobús de vuelta a casa después de un rato de risas por el Borne comiendo un helado de after eight, me encontré con un vecino de Badía. Escaso metro sesenta, pocos dientes, cincuenta y seis años (me lo dijo al poco de entablar conversación y antes de que nos despidiéramos me preguntó dos veces cuantos años le echaba), bolsa de plástico con pan en la mano, olor a vino y difícilmente mantenía la verticalidad.

He de confesar que cuando supe que faltaban más de treinta minutos para que llegara el autobús y mi compañía en la parada viendo pasar mujeres era la de este hombre, pensé en darme un paseo escuchando el disco de "Marco Polo" por las Ramblas, pero el tío empezó a contarme no se qué de la receta de gazpacho de su abuela, de sus plantas de marihuana (if Heaven really exists must smell like this shit), de su perro... que me daba palo cortarle el rollo y.. que coño! me lo estaba pasando bien con sus historias y me estaba riendo mucho con él.

Que vive en un huerto, me dijo, que el banco no le quiere prestar mil euros que necesita, que su madre se murió en un accidente de tráfico, que en paz descanse, que el perro le mató dos gallinas al vecino, que es el bala perdida de la familia, que dos mil euros le costó la barraca de obra, que si cortas la coliflor bien fina y la hierves en agua con ajos fritos y luego la aliñas te comes dos coliflores y ni te enteras, que sus hermanos mayores pasan de él, que si le quitan el huerto le quitan media vida pero el le prende fuego a todo antes de irse...

¿Le quitan media vida y le prende fuego? A ver si lo que mi abuelo ha perdido está en la barraca que quemó... Que huevos! y en el vino que se ha bebido, y en... y en...

Total que hablando de huerto, patatas monalisa (pero de la variedad española, que no es la que venden en las fruterías dice Miguel), pepinos de los italianos (fritos, en bocadillo) y tomates. Tomates... tomates...
Y es que los tomates de frutería nunca fueron tomates... no huelen a la mata, están blancos por dentro y duros... "Eso es por que los pillan cuando están verdes y los ponen a madurar en cámaras frigoríficas".
La temporada de los tomates ha llegado, los huertos están llenos. Abrir un tomate del huerto, fresquito, con el olor a la mata, ver que casi no tiene semillas dentro de lo apretada que tiene la carne, ponerle sal por encima y comértelo a mordiscos...

¿Puede haber alguien a quien no le guste un buen tomate crudo con sal?

4 comments:

Miguel A. Rojas V. said...

El tomate se come sin sal.
Yo sé de comer tomates, y mi culo tambien.

Un saludo (tomate-man).

Por cierto donde estoy hay un hombre mayor con un huerto y las tomateras huelen desde la obra. No me piro de allí sin que me de algunos, ya te diré.

Anabel said...

Pues yo.

Odio los tomates desde que mi hermana pilló una insolación, de pequeñas, y le dió por vomitarlos en plan peli hasta mi cama. Desde entonces, no puedo con ellos.

Supongo que deben estar buenos, pero a mí probarlos, me traen unos olores nada agradables y una imagen, bueno, tipo de la niña del exorcista.
Un besito.

Nakata said...

Los tomates con sal y aceite de oliva esta claro!!!

diário ilustrado said...

a mi el tomate nunca me ha gustado... nunca! tiene una textura muy rara!

sólo lo soporto en el pátomaca.



(soy una amiga de catarina, y siempre leo tu blog)